Volvemos a estar conectados

Konya - Akbas Han 47,5km
Akbas Han - Sultanhani 62km
Sultanhani - Selime 80km
Selime - Valle Ihlara 25km
Ihlara - Derinkuyu 69km
Derinkuyu - Goreme 41km
Han sido nueve días desde la última vez que conectamos, estabamos ansiosos de ver los comentarios y de seguir contando nuestras peripecias.

Desde el camping Berlin de la Capadoccia, piranteando la red Güi fi bajo un sauce llorón en pleno vendaval contaremos las últimas aventuras, si es que pueden llamarse asi.

Después de los días de frio y lluvia, vinieron los dias de nubes y claros, y por fin los dias de sol pero acompañados de viento. En Konya aprovechando el dia de secado visitamos el impresionante museo de Mevlana. El sepulcro de Mevlana (1207 - 1273) convertido hoy en museo fue la antigua morada de los derviches giróvagos, una secta mistica del mundo musulman. Mevlana, Rumi fue uno de los grandes filósofos místicos del mundo. Sus poesias y textos religiosos se encuentran entre los más queridos y respetados del mundo islámico. Este museo es merecedor de una visita. Guarda gran número de curiosos Coranes, incluido el mas pequeño del mundo. El propio sepulcro, recargado de ornamentación de estilo Selyúcida hace a uno retroceder a esa epoca y hacerse una idea de la importancia de este filosofo sufií. En esta interesante ciudad huyendo de una tromba de agua nos refugiamos en un taller de de mármol, pero no uno cualquiera sino uno de lápidas. Como es costumbre fuimos invitados al típico çay y como no cesaba de llover seguimos tomando çays y hablando sobre la muerte, el islam y el arte otomano y selyúcida de las lápidas. Al dia siguiente volvimos a pasar para despedirnos y fuimos obsequiados con un diccionario ingles- turco y un libro sobre el islam, toda una sorpresa para nosotros. Nuestra salida de Konya se las prometia pasada por agua, pero en realidad fuimos zarandeados con rachas de viento fuerte y traqueteados por los 41km de obras sin arcen. Nos encontramos ante un paisaje llano y árido. Vuelve a caer la lluvia y a los 41km damos por finalizada la jornada, en medio de la nada buscamos refugio pensando que encontrariamos un antiguo caravasar y lo que encontramos como posada fueron las oficinas y comedores de los trabajadores de la "futura" nueva carretera, que desde lejos parecia un circo. El incrédulo guarda trás mucho insistir e intentar hacerle comprender, por fin accede a dejarnos dormir en el suelo de su caseta. Aqui pasamos la noche durmiendo en el suelo con la luz y la televisión encendida para que el simpático anciano pudiese pasar la noche en guardia, viendo los típicos culebrones turcos que tanto abundan. Al dia siguiente hacemos parada en Sultanhani tras un día de sol y viento favorable a través de la estepa turca. Este solitario pueblo destaca por su impresionante Caravasar selyucida construido en 1229, es el mayor de Turkiye. Inmensas paredes separaban el inseguro exterior del interior. Estos caravasares eran refugios para las antiguas caravanas de camellos que atravesaban la ruta de la seda en el siglo XIII. Estas impresionantes posadas se construían a unos 15 o 30 km. de distancia entre si, aproximadamente una jornada. El dueño de Karvan Pension nos invito a varias copas del vino rico de la Capadoccia. Al día siguiente el dueño, enamorado de Machús no dejaba de llamarla por toda la pension para despedirse, María, María gritaba este atipico turco de enamoramiento facil al despedirse.

A Selime llegamos tras seis horas de pedalear y 80km. Al atardecer decidimos pasar la noche en un antiguo pueblo troglodita. Buscamos la casa-cueva que mas nos gusto y alli nos aposentamos. Cenamos un bocata de arroz, chorizo, cebolla y tomate, con la luz de la luna llena como romántica vela, nos acompaña el canto lejano del mueicin llamando a la oración.

El valle de Ihlara esta hundido en un profundo cañon y protegido de la árida estepa anatólica y destaca por la docena de iglesias trogloditas con frescos medievales, Pantocrator incluido. Pasamos un día tranquílo siguiendo el curso del rio desde Ihlara hasta Selime. En Selime visitamos un Monasterio ,excavado en la piedra donde vimos los establos, la cocina y un sinfin de casas excavadas en la roca. En Ihlara buscamos refugio en una antigua construccion de gruesas paredes y techo de piedra abovedado, aqui tuvimos como compañeros un gran número de pajarillos que aprovechando los huecos habian anidado para la primavera, para su desgracia tapamos las ventanas con plástico y algún que otro se llevo más de un susto al estrellarse contra la nueva barrera arquitectónica. El revoloteo y canto matutino a las seis de la mañana nos avisa de que es hora de levantarse, pero el frío nos matiene pegados a los sacos una hora más. Nos despedimos con disculpas y unos mendrugos de pan. Tomamos camino hacia Goreme, pero esto es otra historia.