Volando volando

Tras dos días, tres aviones y muchas horas de espera hemos llegado por fin a tierras conocidas.
A las 20:00 del día 4 llegábamos al aeropuerto internacional de Bilbao. Dos grandes amigos nos esperaban. Solo gracias a ellos pudimos sentirnos en casa, gracias a ellos el traumático transporte de bicicletas dejo de serlo. Una sorprendente cena, solo digna para reyes nos esperaba. Celebramos nuestro regreso con vino, el almíbar de dioses un brebaje que largo tiempo llevábamos sin probar.
La vista se nubla, pero no del vino, sino de la emoción de ver caras conocidas y amigas.
Unos días de tranquila reunión para retomar fuerzas y seguir adelante. ¿.......?
Que nadie pregunte cuando llegaremos, pues el tiempo es tan relativo que por ahora ni intentaremos acertar en el día. Que nadie nos pregunte donde nos encontramos, pues el espacio es tan relativo que solo un nombre no puede explicar donde estamos. Solo podemos acertar en decir que estamos de camino. Un camino que nunca termina, un camino que cuanto mas se camina, más capta la curiosidad.